
El abogado Pablo Encalada, abogado defensor del ex ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, publicó la siguiente carta al país a pedido de su cliente:
«La vacuna es un derecho de todos los ecuatorianos, sin excepción alguna, ni discriminación. La única salida viable para eliminar la pandemia causada por el SARS COV-2 es la vacuna. Tratándose de un virus desconocido, no existe a nivel global, un protocolo universalmente consensuado, reglamentos o leyes que determinen la ejecución de un plan de vacunación. Y el Ecuador no es la excepción.
Los procesos de vacunación acelerados y masivos que hoy enfrenta el mundo, han significado tomar decisiones sobre la marcha, ante las evidencias científicas que día a día se han ido suscitando. ¿Qué pudieron existir errores en este complejo escenario? Por supuesto que sí. Hoy vemos que en algunos casos nos equivocamos cuando desde el Gobierno invitamos a personas que creíamos necesitaban la vacuna para el cumplimiento de sus funciones o que su incorporación en la fase piloto podría brindar confianza a los ciudadanos.
Pero estas decisiones sobre la marcha las hicimos pensando siempre en las urgencias de personas con alto riesgo y vulnerabilidad y, en la emergencia de «entregar vida”. Lamento la demora en brindar estas explicaciones al país, pues entiendo las reacciones generadas y comprendo la sensibilidad de la población frente a la incertidumbre de acceder masivamente a una vacuna que se constituye en el principio del fin de la pandemia.
Debo rechazar categóricamente que se pretenda instrumentalizar este tema de profundas implicaciones humanas, por intereses políticos con los que se ha puesto de manifiesto la sinrazón en el Ecuador.
Desconozco si la persecución desatada es al régimen o al ex Ministro. Lo cierto es que, no por ello, debe causarse más daño y lesionar la honra de funcionarios públicos y representantes de la sociedad civil que, con dedicación y transparencia, sin conocer horarios, ni descanso, sirvieron al país en uno de los momentos más aciagos de la historia nacional. Su único pecado ha sido el de coordinar y ejecutar las decisiones técnicas y cumplir con las disposiciones lícitas que recibieron.
Estoy seguro que la justicia ecuatoriana se encargará de enderezar lo que se ha convertido injustamente en una suerte de linchamiento político y mediático»
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